Pastor e Iglesia ayudan a los inmigrantes mientras se esperan audiencias

Por Stan Friedman

Torrance, CA (2 de enero de 2014) – Nota del editor: Desde el comienzo del año 2014, unos 70.000 niños menores de edad, la mayoría de ellos procedentes de Honduras y El Salvador, huyeron hacia los Estados Unidos para escapar de la extrema violencia y pobreza en sus países de origen. Sólo en el mes de junio, 10.622 niños fueron detenidos a lo largo del Río Grande.

Navegando con Jesús hace una fiesta de bienvenida para todos los niños que han emigrado a los cuales ellos ayudan.

Navegando con Jesús hace una fiesta de bienvenida para todos los niños que han emigrado a los cuales ellos ayudan.

Navegando con Jesús hace una fiesta de bienvenida para todos los niños que han emigrado a los cuales ellos ayudan.

Desde entonces, el número de niños se ha reducido al mínimo de cientos por mes, y la cobertura de los medios de comunicación también se ha reducido aunque casi a nada. Pero muchos de los que ya llegaron aún están en espera de las audiencias para determinar si serán deportados, y si las condiciones que llevaron al éxodo permanecerán.

En las últimas semanas, el Servicio de Noticias del Pacto habló con tres mujeres cuya atención han permanecido enfocadas en este tema. Itzel Yared Morales Gutiérrez está trabajando con los niños detenidos por las autoridades en la frontera de Honduras y de México; Margarita Monsalve, pastor de la iglesia Navegando con Cristo en Torrance, California, continúa trabajando con los niños y las familias; y Shelley Kurth se está preparando para ayudar a los niños que han sido trasladados por la Patrulla Fronteriza en el área de Grand Rapids, en Michigan.

Isabella tenía 14 años cuando huyó de la abrumadora cantidad de violencia en su natal Honduras, estaba embarazada, el resultado de haber sido violada al hacer el peligroso viaje a los Estados Unidos, y fue una de los más de 70.000 niños que cruzaron la frontera ilegalmente entre el 1 de enero del 2014 y el final del año.

Hoy en día, con la ayuda de la pastora del Pacto Margarita Monsalve, su congregación del Pacto Ministerios Navegando con Cristo, y otros en la comunidad, Isabella (que no es su nombre real) está asistiendo a clases, viviendo con una familia local, y recibiendo el asesoramiento necesario.

Isabella, ahora con 15 años, huyó de San Pedro, Honduras, lo cual es considerada como la ciudad con mayor tasa de homicidios en el país con la tasa de homicidios más alta del mundo y que está abrumado por la pobreza intensa, traficantes y pandillas. Embarazada tras ser violada, ella hizo el peligroso viaje a los Estados Unidos con su hermano mayor y varios más.

El grupo fue detenido rápidamente después de cruzar la frontera en Texas. Sus hermanos y amigos fueron enviados a un centro de detención en Louisiana. Isabella fue detenida en McAllen, Texas.

Cuando ella comenzó con dolores de parto, los guardias no le creyeron, dice Margarita Monsalve, un pastor del Pacto en Torrance, California. Le dijeron a tenía que volver a su país.

Margarita Monsalve, su hija y su nieto

Margarita Monsalve, su hija y su nieto

Eventualmente fue llevada a una clínica local donde su bebé nació muerto. (Ella no alega que el tratamiento de los guardias contribuyó a la muerte).

Monsalve se enteró de la difícil situación de Isabella por una mujer llamada Valdena que asiste a su congregación. Valdena viajó a Texas y la trajo de vuelta a Torrance, donde Isabel tiene una hermana. Valdena y Monsalve también viajaron a Louisiana, donde estaba detenido el hermano de Isabella y otros en su grupo. Las autoridades no les dejaron ver al hermano de Isabella u otros en el grupo, todos los cuales fueron finalmente deportados. El hermano de Isabella cumplió 18 años mientras estaba detenido y por lo tanto ya no cayó bajo la ley de protección de los niños menores de edad.

Cuando Isabella llegó a Torrance, la iglesia le organizó una fiesta de bienvenida, al igual que lo han hecho para las veinte personas que ellos han ayudado. Monsalve dice que las personas deben ser considerados refugiados.

“Esto es algo que Dios me ha llamado a hacer”, dice Monsalve.

Monsalve comparte una historia similar. Fue detenida en el 2010 y amenazada con la deportación. Ella vino a este país en 1990, huyendo de las guerrillas comunistas en Colombia que había amenazado a su familia debido al liderazgo de la familia en la comunidad de negocios, dicen los que la apoyan. Ella inicialmente solicitó asilo político, pero una serie de errores por sus abogados en última instancia condujo a la orden de deportación.

Varias iglesias del Pacto habían estado apoyando a su congregación, que centra su alcance a las familias de bajos ingresos y a los adictos. Esas iglesias junto con los superintendentes de varias conferencias y líderes nacionales firmaron la petición. A ella finalmente se le dio permiso para permanecer en el país.

El destino de las personas que los Ministerios Navegando Con Cristo han apoyado permanece indeciso ya que sus casos están pasando a través del sistema legal. “Ellos todavía tienen miedo de ser enviado de vuelta a sus países.”

Mientras tanto, Monsalve dice que espera que otras congregaciones del Pacto se extiendan en dar la bienvenida a la familias que huyen de la violencia y que algunas de las iglesias más grandes ofrezcan diversos tipos de apoyo a las congregaciones más pequeñas que ayudan a los refugiados.

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